miércoles, 14 de septiembre de 2011


Buenas tardes amados alumnos que Dios les bendiga, continuamos con las clase de BIBLIOLOGÍA


I. EL HECHO Y LA IMPORTANCIA DE LA INSPIRACIÓN

   Existe la necesidad de que comprendamos la contribución exacta que la inspiración aporta a la totalidad del propósito divino en la revelación. Como ya se ha demostrado, inspiración no es revelación. A lo sumo, la inspiración solamente puede recibir el mensaje y añadir el elemento de exactitud a los Escritos Sagrados, los cuales son ese sistema de verdad que Dios ha revelado. En la siguiente sección sobre la Bibliogía, que trata de la canonicidad y la autoridad, se demostrará que la autoridad del mensaje de la Biblia no depende de la inspiración. Sin embargo, bajo ningún concepto debe concluirse de estas indispensables distinsiones que el hecho de la inspiración en su forma plenaria y verbal no es una verdad trascendental. La revelación, la inspiración y la autoridad son doctrinas bíblicas, estrechamente relacionadas pero distintas la una de la otra; cada una de ellas suple una gran necesidad dentro de esa gran realidad que es el mensaje de Dios al hombre.
   Aunque la preservación de la verdad en los escritos inerrantes es de un valor inestimable para todas la generaciones, gran parte de lo que ha sido incorporado en las Escrituras existía aun antes de haberse escrito, y de haber escrito esas verdades no añade nada a la substancia de las mismas. Si las partes esenciales de la revelación existiesen solamente en forma escrita éstas serían clasificadas algo así como ficción a pesar de que fuesen expresados en una forma literalmenteperfecta. Así mismo, la profecía no cumplida aún, aunque al presente depende por completo de su forma escrita, sin embargo, tiene que  culminar en un cumplimiento cabal.

   Una vez que sea aceptado que Dios tiene un sistema de verdad que declara lo que El exige de los hombres, entonces no es difícil reconocer la importancia de un texto inerrante de dicho sistema de verdad. Ni tampoco es de sorprenderse que una creciente presión sea ejercida, primero por un grupo luego por el otro, tratando de resquebrajar el testimonio que la Biblia da de sí misma tocante a su inspiración. Esa doctrina de la inspiración que la iglesia ha mantenido a través de todas sus generaciones, permanece, no porque sus defensores sean capaces de alzar la voz más alto que sus oponentes, ni como consecuencia de ninguna defensa humana, sino a causa de la realidad intrínseca en las mismas declaraciones divinas. Debido a que  esta doctrina está de tal manera fijada en la Palabra de Dios, ningún santo ni apóstol podría hacer otra cosa sino creer la palabra que Dios ha hablado. Podrá observarse, por lo tanto, que mantener la creencia tradicional tocante a la inspiración no es necesariamente un fanatismo en favor de una "causa perdida", ni tampoco una retirada a favor de la posición de la iglesia romana de que una cosa es verdad porque la iglesia así lo afirma; creer en la inspiración de la Biblia es un reconocimiento y una aceptación de la enseñanza de la Biblia y esa fe lleva al hombre "al hermoso compañerismo de los apóstoles y profetas."
    Se necesita dedicar poco espacio para citar los escritos de los que se oponen a la doctrina de la inspiración plenaria y verbal. En la mayoría de los casos ellos mismos han admitido directa o indirectamente que los hombres que escribieron la Biblia sostenían la creencia tradicional en cuanto a la inspiración. Algunos van aún más lejos y admiten que Cristo pudo haber tenido también esa creencia. Bajo esas condiciones es necesario que los que se oponen creen que los autores de la Biblia o bien estuvieron engañados o ellos mismos eran engañadores. A continuación introduciremos una breve disecación acerca  de esos argumentos:


Continuamos mañana, amados alumnos que Dios les bendiga...

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