martes, 4 de octubre de 2011

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA

Amados alumnos que Dios les bendiga, hoy martes continuamos nuestra clase de BIBLIOLOGÍA
INSPIRACIÓN











             III. DUALIDAD DE AUTOR

Mediante la expresión dualidad de autor se señalan dos verdades, a saber, en el lado divino, las Escrituras son la Palabra de Dios en cuanto a que éstas se originan con El y son la expresión de Su mente en lo absoluto; y el lado humano, ciertos hombres han sido escogidos por Dios para el alto honor y la responsabilidad de recibir la palabra de Dios y presentarla en forma escrita. Admitiendo que es el propósito de Dios poner su Palabra en forma escrita en manos de los hombres, el método que ha empleado para hacerlo ha sido la manera en que normalmente se hacía. Sin embargo, el uso de escritores humanos ha creado muchos problemas. Parece razonable el concluir que el producto del combinado de dos autores no pudiese ser la inerrante Palabra de Dios si escritores humanos tienen algo que ver con esto. Debido a que Dios ha combinado en una unción hipostática tanto la naturaleza divina como la humana, la misma pregunta es formulada tocante a la Persona teantrópica de Nuestro Señor. ¿No es cierto que la unión de la naturaleza humana con Su Ser único introduce todas las limitaciones y restricciones propias de la humanidad de dicho ser? Muy pocos, en verdad, están dispuestos a cariciar la idea de que alguna de las Personas de la Deidad no es perfecta, o que cualquier Palabra que Dios habla no es tan pura como El mismo. El german de duda surge cuando y donde el elemento humano es combinado con el divino.
   La palabra Logos (Verbo), es usada en el Nuevo Testamento cerca de docientas veces para indicar la Palabra de Dios escrita y siete veces para indicar al Hijo de Dios- la Palabra de Dios Encarnada (Jn. 1:1, 14; 1Jn. 1:1, 5:7 Ap. 19:13); y es importante reconocer que en ambas formas del Logos tanto el elemento humano como el divino aparece en unión sobrenatural. Estas dos formas del Logos están sujetas a varias comparaciones: Ambas son la Verdad (Jn. 14:6; 17:17); eternas (Sal. 119:89; Mt. 24:34, 35; 1P. 1:25); vida (Jn. 11:25, 14:6; 1P 1:23; 1Jn. 1:1), salvadoras (Hch. 16:31; 1Co. 15:2); purificadoras (Tit. 2:14; 1P 1:22); santificadoras (Jn. 10:12; He. 10:14); engendran vida ( 1P. 1:23; Stg. 1:18); juzgadoras (Jn. 5:26, 27; 12:48) glorificadas (Ro. 15:9; Hch. 13:48). Mientras que la teología es la "Logía de Dios", Logos de Dios es la expresión de Dios-ya sea ésta en su forma Viviente (Encarnada) o Escrita.
    Basando su confianza en pasajes bíblicos tales como Lucas 1:35, que registra las palabras del ángel a María. "Lo santo que nacerá de tí será llamado Hijo de Dios"- y Hebreos 4:15, donde dice que Cristo, el Perfecto Sumo Sacerdote, fué tentado en todo según nuestra semejanza pero sin pecado, es decir, separado de las tentaciones que resultan de una naturaleza pecaminosa; la iglesia ha creído con plena justificación que Jesucristo, la Palabra Viviente, no tan solamente era exento de la práctica del pecado, sino que también fué exento de la naturaleza pecaminosa, y que la perfección de Su deidad no fué en ninguna afectada por la unión de ésta con su humanidad. De igual manera y con la misma justificación, la iglesia ha creído que la perfección de la Palabra de Dios ha sido preservada aunque fué escrita por hombres. El paralelismo entre el Verbo Encarnado y la Palabra Escrita es mantenido solamente hasta un grado limitado. Hay también diferencias importante hasta un grado limitado. Hay también diferencias importantes. Un Libro inerrante, aunque producido por el Espíritu Santo y aún siendo vivo y activo y usado por El, está a gran distancia de la encarnación del Hijo Eterno de Dios.


Continuaremos mañana, que Dios les bendiga..

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