lunes, 5 de diciembre de 2011

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA




Amados alumnos que Dios les bendiga, hoy lunes continuamos nuestra clase de Bibliología-Iluminación








Esta declaración negativa tocante al ojo, el oído y el corazón es abundantemente apoyada por el versículo siguiente donde dice que estas "cosas" específicas son reveladas a nosotros por el Espíritu. Estas "cosas" son una realidad presente, y no, como a veces se supone, una colección de glorias futuras que han de experimentarse en cielo. El Espíritu que revela estas "cosas" es Aquel que "todo lo escudriña aún lo profundo de Dios." No es dificil creer que la Tercera Persona de la Deidad está en posesión de toda la verdad; lo maravilloso es que esa Tercera Persona habita en el más insignificante de los cristianos, y de esa manra pone a ese cristiano en la posición de recibir y comprender esa verdad trascendental que el Espíritu conoce, Dentro de su propia capacidad, el hijo de Dios no puede saber mas que "las cosas del hombre" que están dentro del alcance del "espíritu del hombre que está en el hombre." Estupenda, en verdad, es la revelación de que "el Espíritu que es de Dios" ha  sido recibido y con el propósito específico de que los hijos de Dios  "sepamos lo que Dios nos ha concedido." Y como está escrito: "Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas y es verdadera y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en e´l" (1Jn. 2:27).
      Después de declarar la estupenda realidad que el cristiano está habitado por el Maestro Supremo y por lo tanto ya ha sido admitido en su Seminario incomparable donde la instrucción es concedida en forma gratuita, es decir, sin limitación, el Apóstol procede a señalar, como ya hemos notado, una triple divición de la humanidad, y a mostrar la prueba tocante a esa clasificación en la base de actitud de cada uno hacia la Palabra de Dios. (a) El hombre natural o inconverso no puede recibir las Escrituras ya que éstas se han de discernir por el Espíritu y el hombre natural, aunque educado con  todo lo que el ojo, el oído y el poder de razonamiento puede impartir, no ha recibido el Espíritu (comp. Jd. 19 donde la palabra sensuales es la misma que aquí se traduce natural; también 1Co. 15:46; Stg. 3:15), y por lo tanto toda revelación es locura para él.
        Si este hombre natural, debido a sus éxitos humanos y a su autoridad eclesiástica, fuese puesto en una posición de poder moldear y dirigir los asuntos de la Iglesia de Cristo en la tierra, su influencia sería siempre un grave peligro para las cosas de Dios. Tal vez no le falten ni la reverencia ni la sinceridad; pero éstas no son substitutos de la revelación que solamente proviene del Espíritu Santo. (b) El hombre espiritual está en una posición de recibir toda la verdad (no se sugiere ya la ha obtenido). El está habitado por el Espíritu no  sea obstruccionado en Su ministerio de enseñanza dentro de su corazón, y (c) el cristiano carnal demuestra su carnalidad por medio de su incapacidad de recibir las verdades profundas que son comparadas al alimento sólido en contraste con la leche. La necesidad del hombre carnal es la santificación no la regenaración.





Continuaremos mañana, que Dios les bendiga....

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