miércoles, 7 de diciembre de 2011

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA





Amados alumnos que Dios les bendiga, hoy miércoles comenzamos la clase de Interpretación en Biblilogía





   Es propio requerir del teólogo que entienda cómo exponer las Escrituras. Esta es la especialidad en la cual él sirve. Sin embargo, él se enfrenta a un amplio aspecto de interpretaciones que aparece cuando se consideran todas las escuelas de pensamiento teológico. No obstante ya sea que una o muchas personas lo hayan obtenido o no, hay solamente un sistema de revelación correlativo y recíproco establecido en la Palabra de Dios. Aunque ellos edifican sus  estructuras sobre textos de prueba seleccionados (los cuales con frecuencia reciben interpretaciones prejuicios) la Biblia no se presta a sí misma igualmente en apoyo del calvinismo, arminianismo, formas variadas de creencias lapsarianas, postmilenialismo, premilenialismo y amilenialismo. Las amplias divergencias y contradicciones entre éstos y otros sistemas de interpretación sirven para demostrar la falibilidad de hombres sinceros. Se ha dicho a veces que cualquiera cosa buena o mala, puede probarse o defenderse por medio de las Escrituras. Tal concepto solamente tiene validez cuando se tolera el mal uso o el abuso del Texto Sagrado. Es perceptible que todos los sistemas teológicos y aun los cultos o sectas modernas hacen uso de la Biblia.
      Es probable que, debido a las limitaciones humanas, nigún sistemas teológico ha alcanzado ese estado que lo hace exento de todo error y que incorpora en sí mismo toda la verdad en un equilibrio feliz. Hombres sinceros se han esforzado por alcanzar este objetivo, mientras que otros, aparentemente con frecuencia se han quedado cortos en ese santo respecto hacia la Palabra divina que conduce a un escudriñamiento de todas las cosas y a una retención de lo que es bueno. El anatema irrevocable que descansa sobre todos los que pervierten el evangelio de la gracia divina (Gá. 1:8,9) puede ser considerado, hasta cierto grado, como verdad tocante a la falcificación de toda revelación divina. Debido a todas estas consideraciones, el estudiante fiel hará  bien en darse infatigablemente al estudio del Texto Sagrado y demandar de sí mismo esa relación correcta con Dios que asegura la inestimable dirección divina a toda la verdad. Las concluciones de otros hombres deben recibir el debido respeto. Es la tarea del estudiante, habiendo considerado y pesado la contribución hecha por los hombres al entendimiento general de las Escrituras, elevar esos resultados indudables de erudicción más allá de las realizaciones de las generaciones pasadas, procurando ser tan humilde y veraz como lo han sido los padres. Entre otras cosas, 2Timoteo 2:15 manda a "estudiar" lo cual es la aplicación y la investigación del texto de la Escritura en sí y no solamente la lectura de los escritos de  otros hombres acerca del texto.
    La ciencia de la interpretación naturalmente llamada Hermenéutica la cual es una expresión que denota el arte de interpretación literaria, especialmente las Sagradas Escrituras- incluye el reconocimiento de los principios sobre los cuales debe conducirse un verdadero análisis. Esta cinencia debe diferenciarse de la Exégesis, que es la aplicación de las leyes de la interpretación. Estas dos disciplinas merecen un extenso estudio como asignaturas apartes en todo plan de estudios teológicos.
     Entre todas las principales divisiones de la Bibliología, la Hermenéutica, o ciencia de interpretación, mantiene un lugar único, siendo, como es, completamente la obra del hombre. Sus resultados, por lo tanto, cuando más, son caracterizados por imperfecciones debido a las limitaciones humanas, y está sujeto a reglas y a principios de procedimiento tan generales como obviamente son de esperarse. Cuando se asume la tarea de interpretar las Escrituras debe darse la debida consideración a los siguientes asuntos:



Continuaremos mañana que Dios les bendiga...


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