viernes, 4 de noviembre de 2011

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA


Amados alumnos que Dios les bendiga, hoy viernes continuamos con la clase de Bibliología
Canonicidad y Autoridad



Testamento con validez suprema. Esto es evidente por la abundancia y la manera en que es citado en el Nuevo Testamento. Nuevos libros eran añadidos como una acumulación de algo que crecía aobre de, y estaba estrechamente relacionado a, el Antiguo Testamento. Los apóstoles y profetas que sirvieron como escritores del Nuevo Testamento estaban tan íntegramete equipados y eran tan dignos de escribir por medio de la inspiración del Espíritucomo lo  estuvieron los profetas del Antiguo Testamento. En realidad, la preparación del instrumento humano aunque de valor en el uso general de sus escritos no era el criterio final por el cual evaluar el  texto Sagrado. La prueba de esto es la inclusión en el canon de ambos Testamentos de porciones anónimas.
     El cierre formal del canon del Nuevo Testamento es por lo menos sugerido en Apocalipsis 22:18. La manera diferente en que ambos Testamentos concluyen es significativa. Toda la expectación de lo que está aún por cumplirse del Antiguo Testamento es articulada al cierre de dicho Testamento y los últimos versículos aseguran la venida de otro profeta. Pero no se vislumbra ninguna revelación continuada a la terminación del Nuevo Testamento, en su lugar se anuncia que El Señor mismo pronto regresará y la conclución natural es que no ha de haber ninguna otra voz hablando desde el cielo antes  de que la trompeta anuncie el regreso del Señor.
    No es de poca importancia el hecho que desde que el canon de la Biblia fue divinamente cerrado no se ha hecho ningún esfuerzo por añadir algo. Finalmente, aunque llevado a efecto a travé de la intervención y con la cooperación del hombre, Dios obró en la formación del canon-como lo hizo en el origen del texto de las Escrituras- un milagro estupendo. Su propia Palabra inerrante no solamente fue recibida y escrita de manera incomparable, sino que tambien fue inerrantemente coleccionada en un volumen y preservada de esa confusión, detrimento y desvío del propósito divino que, ya sea por substracción o por adición al canon, pudiese haber ocurrido. El cuidado directo de Dios sobre la formación del canon de las Escrituras es tan evidenciado y, de tal modo, para su gloria como lo es el cuidado que El ha tenido sobre la transmisión exacta de Su verdad a través de instrumentos humanos.
     Ya que cualquier porción de la Biblia es canónica debido a que es  un documento autoritativo, siendo como es la Palabra de Dios escrita, es altemente recomendable investigar de lamanera más cuidadosa la fuente precisa y la naturaleza de su autoridad. El objeto de tal investigación no es necesariamente el deseo de sembrar la duda en cuanto a la constitución divina de las Escrituras. Bien puede ser el simple deseo de llegar a una concepción más digna de su importancia trascendental.





Continuamos el lunes, que Dios les bendiga...

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