jueves, 24 de noviembre de 2011

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA


Amados alumnos que Dios les bendiga, hoy jueves continuamos con la clase de Bibliología
ILUMINACION



El propósito de Dios al proporcionar la Bbilia es que el hombre, a quien la Bbilia ha sido dirigida, puede poseer una información confiable tocante a cosas tangibles e intangibles, temporales y eterna visibles e invisibles, terrenales y celestiales. Debido a las limitaciones innatas del hombre, este tesoro es de valor inconmensurable para él. El hombre en el huerto del Edén, antes de su caída, dependía de la comunicación directa de Dios en cuanto a todas las cosas físicas y espirituales. Indudablemente que el hombre aprendió mucho antes de la caída, pero una nueva y drástica incompetencia apareció en su mente y corazón como resultado del cambio calamitoso impuesto por la caída. Desde aquel momento en adelante, Dios ha contemplado al hombre en un estado de "densas tinieblas", y en el "valle de sombra de muerte." Densa, en verdad, es la tiniebla, y profunda, en verdad, es la sombra de muerte. La frase descriptiva, la sombra de muerte, que se repite cerca de dieciocho veces en la Biblia, es usada siempre en las Escrituras como una vivida descripción del estado del ser humano.


I. FORMAS ESPECIFICAS DE OSCURIDAD ESPIRITUAL.

     Además de la obscuridad original causa por la caída, hay por lo menos cuatro formas especificas de ceguera espiritual que, de acuerdo a la Biblia, son experimentadas por ciertos miembros de la raza humana y que incrementan sin medida las tinieblas naturales del hombre. Se requiere dar alguna consideración a la necesidad de la iluminación como antecedente para una comprención adecuada de  todo lo que ésta proporciona.

1. LA CEGUERA DE ISRAEL. Conjuntamente con la ceguera natural, una ceguera judicial ha caído sobre Israel como la anunciada por medio del profeta Isaías con estas palabras: "Anda, y dí a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis, ved por cierto más no comprendáis. Engruesa el corazón de este pueblo y agrava sus oídos, ni en su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad" (Is. 6:9, 10; comp, también Mt. 13:14, 15; Mr. 4:12; Lc. 8:10; Jn.12:40; Hch. 28:26, 27; 2Co 3:14, 15).


Continuamos mañana, que Dios les bendiga...


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